El Primer Viernes de Mayo, Jaca celebró una de sus fiestas más populares y llenas de encanto. Cientos de personas acudieron a la ciudad para conmemorar la
Batalla de la Victoria, en la que el Conde Aznar venció a los musulmanes y frenó su conquista de la Península en el año 760. Un día repleto de actos, que reunió tanto a turistas como a jacetanos a causa del puente.
La celebración comenzó muy temprano. Cerca del cementerio, junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Victoria (donde cuenta la leyenda que se libró la famosa batalla), numerosos grupos de jóvenes empezaron a reunirse alrededor de las siete de la mañana para almorzar. Poco a poco, el número de personas fue aumentando y las migas y la carne a la brasa se convirtieron en las protagonistas de la mañana.
Rondando las 10 llegaron al lugar las autoridades para asistir a la tradicional misa celebrada en la ermita anteriormente mencionada y presidida por el Obispo de la Diócesis de Jaca. Entre los presentes se encontraban: el Alcalde de
Jaca, el de Huesca y el de Oloron Sainte-Marie, así como el secretario de Estado de Planificación y Relaciones Institucionales, Víctor Morlán; el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández; y la nueva consejera de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto.
Al mediodía, cientos y cientos de personas invadieron las aceras de las calles por las que en pocos minutos desfilaría el Conde Aznar con todo su cortejo, en total unas 800 personas con vestimentas de la época al ritmo de tambores y disparos de salvas. Dos incidentes retrasaron el desfile más de lo previsto. Una persona resultó herida por un caballo y tuvo que ser trasladada al hospital y uno de los animales resbaló en la Plaza de la Catedral tirando a su jinete al suelo.
Al finalizar el desfile, llegó el momento más esperado por los jacetanos: el canto del Himno del Primer Viernes de Mayo. La puerta del Ayuntamiento, la Calle Mayor y todas las calles de alrededor estaban a rebosar. La banda musical Santa Orosia hizo sonar las primeras notas del himno y todos los asistentes empezaron a entonar el “Jaca libre sabe vivir a la sombra del monte Oroel”.
Por la tarde, la fiesta continuó en la Plaza Biscós. Allí, tuvo lugar un interesante reto entre moros y cristianos que se resolvió con una partida de ajedrez humano.
Enlace al programa de actos del Primer Viernes de mayo en Jaca: